LA CIUDAD ESTRELLA DE NICOSIA
04.2019

Si se observara a cualquier ciudad medieval de Europa desde el aire, sería interesante notar que muchos parecen compartir un diseño parecido: desde España hasta Chipre, el plano de estas ciudades tiene la forma de una estrella. También llamados fortalezas bastión, estas ciudades fueron construidas desde mediados del siglo XV hasta finales del siglo XIX, ante todo como estructuras defensivas, ya que tenían mejor protección contra asedios y artillería que los previos castillos medievales: a pesar de su naturaleza como baluartes, el plano de estas fortalezas, desde triángulos hasta dodecágonos, es una similitud arquitectural curiosa, la cual es un testigo a la función de las matemáticas en la arquitectura.

Desde un punto de vista defensivo, las fortalezas bastión fueron sitios increíblemente seguros: solían ser construidos sobre colinas, ofreciéndoles un amplio campo visual, y algunos fueron situados entre colinas cerca del mar, tomando ventaja de las defensas naturales. El diseño afilado de sus muros eliminó a cualquier punto ciego para los defensores, permitiéndoles observar a quienquiera que se acercara, y algunos bastiones tenían fosos entre sus muros concéntricos, para una medida defensiva adicional. Los ingenieros de la Venecia medieval fueron conocidos por sus murallas defensivas, como las que protegen a Palmanova en el noreste de Italia, y los muros de Nicosia en Chipre, con éstos siendo considerados como ejemplos de ciudades perfectas y utópicas.

Aunque estas “ciudades estrella” presentaban una fuerte defensa contra las guerras medievales, la llegada de los tanques y la artillería móvil a finales del sigo XIX y a principios del siglo XX presagiaron el ocaso de las fortalezas bastión, pero aún perdura su legado arquitectural. Desde un punto de vista matemático, los múltiples puntos de las estrellas crean un diseño simétrico, que fue altamente valorado por los artesanos renacentistas como una expresión de la perfección, y cuando se ven desde el aire, las ciudades casi brillan como estrellas bajo el sol, protegiendo a sus residentes entre sus muros angulares.

Aunque Nicosia es una de las últimas ciudades físicamente divididas del mundo, aún permanece unido por su geometría estelar sagrada. Desde arriba, la ciudad vieja dentro de los muros del bastión tiene la forma de un enorme reloj del sol alrededor de los campanarios de Santa Sofía, pero su diseño contiene una proyección bidimensional del cubo de Metatrón, también llamado el triángulo dentro del cubo, el cual contiene a los cinco sólidos platónicos entre dos Tetractys pitagóricos, reflejando el lema de “tanto arriba como abajo” y revelando su diseño estelar tridimensional secreto a plena vista de todos.

       

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